Durango, Dgo. – En un contexto de retos para el sector ganadero nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó este jueves un ambicioso programa integral destinado a fortalecer la producción de carne de alta calidad en los estados de Durango, Coahuila y Sonora. Con una inversión de casi 700 millones de pesos, esta iniciativa representa una de las apuestas más significativas del gobierno federal en materia agropecuaria en las últimas décadas.
El programa, parte del denominado Plan México, contempla la entrega de sementales bovinos de alto valor genético, la creación de un fondo de apoyo para la engorda y la instalación de Centros Integrales de Producción de Carne, con la mirada puesta tanto en el mercado interno como en la exportación. “Hoy anuncio una inversión total de casi 700 millones de pesos aquí en Durango para apoyar la producción de carne de la mejor calidad”, declaró la presidenta Sheinbaum durante su gira de rendición de cuentas por el primer año de gobierno.
El anuncio ocurre en medio de la crisis provocada por el reciente cierre de la frontera estadounidense al ganado de pie mexicano, tras la detección del gusano barrenador del ganado (GBG) en el sur del país. La medida, que afecta de manera directa a miles de productores y a la economía regional, ha obligado al gobierno mexicano a robustecer las estrategias sanitarias y a fortalecer la cadena productiva local.
Expertos consultados señalan que la iniciativa es un paso necesario para elevar la competitividad de la ganadería nacional. La doctora Gabriela López, investigadora de la UNAM especializada en políticas agroalimentarias, subraya: “La diversificación de apoyos y la creación de infraestructura son fundamentales para que los productores puedan cumplir con los estándares internacionales y, al mismo tiempo, fortalecer el consumo interno”.
Históricamente, la ganadería ha sido un pilar económico en el norte de México. Sin embargo, durante décadas, la falta de inversión pública y la excesiva dependencia del mercado estadounidense han limitado el desarrollo de la industria nacional. El nuevo programa federal, al priorizar la calidad y la autosuficiencia, busca revertir esta tendencia y sentar las bases para una mayor justicia económica en el campo.
El enfoque integral del programa también responde a una visión de Estado activo en la economía, con el objetivo de construir cadenas de valor más justas e inclusivas, en sintonía con los derechos de los productores rurales. Como ha señalado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en informes recientes, “el fortalecimiento del sector agropecuario debe ir acompañado de políticas que garanticen condiciones laborales dignas y acceso a mercados”.
Al promover una mayor inversión pública y una visión inclusiva de la producción agropecuaria, el gobierno de Sheinbaum da un paso firme hacia un modelo de desarrollo más equitativo y sostenible, no solo en lo económico, sino también en lo social y sanitario. La expectativa ahora recae en la implementación efectiva de este programa y en la capacidad de transformar estructuralmente un sector históricamente relegado, pero fundamental para el bienestar nacional.