Ciudad de México.– La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sentado un precedente relevante en materia de derechos de autor al resolver que únicamente las personas físicas pueden registrar obras, dejando fuera a las creaciones generadas de manera autónoma por inteligencia artificial. Esta decisión, informada por el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR), responde al Amparo Directo 6/2025, donde se confirmó la negativa al registro de la obra digital “Avatar Virtual”, elaborada íntegramente mediante una plataforma de IA.
La resolución de la SCJN subraya que el derecho de autor es un derecho humano, intrínsecamente ligado a la creatividad y originalidad de los individuos. “El derecho de autor se reconoce a las personas físicas, ya que solo los seres humanos pueden ser titulares de la creatividad y la originalidad exigidas por la Ley Federal de Derechos de Autor”, señala el fallo. De esta manera, la Corte establece que las obras generadas de forma totalmente autónoma por sistemas de inteligencia artificial no pueden ser protegidas legalmente y pasarán a considerarse como parte del dominio público.
Este criterio no es exclusivo de México; responde a una tendencia internacional en torno al debate sobre los límites de la autoría ante el avance tecnológico. Organismos como la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos (U.S. Copyright Office) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) han advertido sobre la complejidad de atribuir originalidad a máquinas, reafirmando que la protección se reserva para creaciones humanas. “La creatividad humana es la base histórica y filosófica del derecho de autor”, sostiene la OMPI en sus informes recientes.
La decisión de la SCJN refuerza la función del Estado como garante de los derechos culturales y promueve la reflexión sobre la inclusión y regulación de nuevas formas de creación. En un contexto donde la inteligencia artificial redefine los procesos productivos y creativos, resulta fundamental que el marco jurídico evolucione para equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos humanos y la diversidad cultural.
Así, México se suma a la discusión global sobre el rol de la creatividad humana en la era digital, reafirmando el valor de la autoría como un derecho social que debe ser defendido frente a los desafíos que plantea la automatización.