La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció la disminución de 25 puntos base en el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, estableciéndola en 7.50%, con efectos a partir del 26 de septiembre de 2025.
Esta decisión marca una nueva etapa en la política monetaria nacional. Desde el año 2021, la economía mexicana ha experimentado un entorno de tasas elevadas con el objetivo de contener la inflación, que alcanzó máximos históricos tras la pandemia de Covid-19 y los choques en las cadenas globales de suministro. En este contexto, el ajuste anunciado por Banxico representa una señal de confianza en la moderación de las presiones inflacionarias y en la solidez de la recuperación económica.
La reducción de la tasa interbancaria es relevante tanto para los mercados financieros como para la ciudadanía, ya que incide directamente en el costo del crédito y, por ende, en el acceso a financiamiento para empresas y familias. Un entorno de tasas más bajas puede incentivar la inversión y el consumo, contribuyendo a la generación de empleo y al fortalecimiento del mercado interno. Sin embargo, la política monetaria debe equilibrar estos estímulos con la vigilancia permanente sobre la inflación, para evitar distorsiones que afecten el poder adquisitivo y la estabilidad macroeconómica.
Históricamente, Banxico ha desempeñado un papel clave en el resguardo de la estabilidad financiera, pero también enfrenta el reto de actuar con sensibilidad ante las crecientes demandas por una economía más inclusiva y dinámica. En este sentido, las decisiones sobre la tasa de interés no sólo tienen efectos técnicos, sino también sociales, al influir en las condiciones de vida y en la equidad de oportunidades.
La expectativa hacia adelante es que el banco central continúe monitoreando de cerca los indicadores económicos nacionales e internacionales, manteniendo un enfoque prudente pero proactivo. En un entorno global caracterizado por incertidumbres políticas y financieras, la credibilidad institucional y la transparencia en la toma de decisiones serán fundamentales para asegurar que el descenso en las tasas de interés se traduzca en beneficios tangibles para la mayoría de la población.



